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Otra de mis recetas "históricas" y una de mis favoritas pero que por falta de tiempo no la hago las veces que me gustaría. No es complicada pero requiere una cocción a fuego moderado-lento. También se puede hacer en olla exprés o rápida, pero a mí no me parece lo mismo.
Ingredientes
1 pierna de cordero recental en trozos
1 cebolla o cebolleta
1 lata pequeña de guisantes
1 lata de alcachofas
1 vaso de los de vino de vino blanco bueno
1 cucharada de hierbas aromáticas a elegir (tomillo, romero o hierbabuena)
Sal y pimienta negra molida al gusto
Agua
Aceite de oliva virgen extra
Elaboración
Se pide en la carnicería que nos corten la pierna de cordero en trozos medianos.
Se cubre con el aceite el fondo de una cazuela y se pocha suavemente la cebolleta a fuego suave durante unos minutos. Luego se sube un poco el fuego y se echa el cordero, rehogando todos los trozos por igual. Se añaden el tomillo o la hierba de elección, la sal y la pimienta, se revuelve y se incorpora el vaso de vino y la cantidad de agua necesaria para cubrir los trozos de cordero, se tapa la cazuela y se sube el fuego hasta que llegue el guiso al punto de ebullición, momento en el que se vuelve a bajar y se deja que se vaya haciendo lentamente, al menos una hora. De vez en cuando, se pincha el cordero para ver si la carne está tierna (dependerá del tipo de cordero). Cuando el cordero casi esté, se añaden las alcachofas y los guisantes escurridos de su caldo. Y se dejan otros diez o quince minutos para que liguen los sabores.
Se pueden freír unas patatas y en el último momento añadirlas, bien escurridas del aceite, al guiso.
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