Tarta de queso estilo Restaurante La Viña en Thermomix

Esta tarta es la excepción que confirma la regla de este blog. 

Hasta ahora no había subido ninguna receta de repostería por una sencilla razón: No me gusta el dulce. Y lo que no me gusta, no suele entrar en mi casa y, mucho menos, en mi cocina. Pero la semana pasada tenía invitados y sabía que ellos sí que son golosos por lo que busqué en la red algo dulce, no demasiado, y fácil, muy fácil. Y lo encontré.

Esta receta (presumiblemente, la del restaurante La Viña de San Sebastián) aparece en una multitud de blogs y páginas web, con muy pocas variaciones. Así que me puse manos a la obra y no sólo la he hecho una, sino dos veces porque ayer tuve otra cena con invitados golosos no, lo siguiente y, aunque quería cambiar de repertorio, mi marido me pidió que la volviera a hacer. Y tengo que decir que la experiencia es un grado y que esta segunda tarta me ha salido mejor que la primera ya que me he ceñido a los tiempos estándar de la mayor parte de las recetas leídas. Consejo: No hay que pasarse de tiempo de horno.

En muchas de las recetas se indica que, al final del horneado, se pruebe el punto con una aguja (yo utilizo un pincho de brocheta) y si no sale limpia, que continúe la tarta unos minutos más en el horno. Así lo hice la primera vez y la brocheta siempre salía manchada y lo único que conseguí fue alargar el tiempo de horneado con lo que la parte más exterior de la tarta quedó un poco mazacote. Esta segunda vez, además de ajustarme al tiempo aconsejado, no he abierto el horno hasta el final. En mi opinión, da igual que el centro de la tarta quede algo líquido al salir del horno, ya que se solidificará al enfriarse.

Otra ventaja de esta tarta es que se puede (y, en mi opinión, se debe) hacer el día antes y, de este modo, dispondremos de más tiempo para preparar otros platos o acicalarnos más, je, je.

Es una tarta contundente por lo que, si no sois muchos, recomiendo utilizar un molde más pequeño de 18 o 20 cms y ajustar las cantidades a la mitad. Aunque si sobra, no pasa nada. En el frigorífico se conserva fresca varios días.

Y ahora la receta tal como la hice la segunda vez.

Ingredientes (para un molde de 24 cms)

1 kilo de queso crema (estilo Philadelphia)

Medio kilo de nata líquida para montar (35% de grasa)

5 huevos tamaño L

280 gramos de azúcar (las recetas estándar recomiendan 350 gramos, yo lo rebajé)

30 gramos de harina

Elaboración

Se precalienta el horno a 230º

Los huevos y el azúcar se echan en el vaso de la Thermomix y se programan 3 minutos, a 37º y velocidad 3. Luego se añade el queso y se mezcla un minuto a velocidad 3 y, por último se incorporan la nata y la harina y se vuelve a mezclar un minuto a velocidad 3. Se comprueba que no haya grumos (en cuyo caso, se batiría un poco más) y se echa en un molde desmontable recubierto de papel de horno (o, en su defecto, todo untado de mantequilla) y se mete en el horno, bajando la temperatura a 200º durante 50 minutos. En ese momento se apaga el horno y la tarta se deja reposar dentro, 15 minutos con la puerta un poco abierta.

Luego se saca y se deja enfriar y ya se puede meter en el frigorífico hasta el día siguiente. La tarta en el horno sube mucho, luego baja y esto es normal.

Antes de meterla en el frigorífico, la desmoldé, la puse en un plato y luego la tapé con papel de aluminio para que no se secara y así hasta el día siguiente. Hay que sacarla del frigorífico unas 3 horas antes de servir.

De aspecto queda un poco rústica debido al papel de horno utilizado en el molde. Personalmente me gusta porque le da un aspecto más casero. Se puede presentar tal cual o cubierta con una mermelada de frutos rojos. Se me había ocurrido presentarla adornada tan solo con algunos arándanos frescos pero no los encontré. Si la vuelvo a hacer, la próxima vez lo tendré previsto.