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Coles de Bruselas rehogadas

Es curioso como cambian los gustos, si cuando era pequeña alguien me viene a decir que en el futuro me iba a aficionar a las coles de Bruselas, hubiera creído que estaba ante un enajenado. Sin embargo, en cierta ocasión me animé a comprarlas por aquello de volver a intentarlo y, mira tú por donde, les encontré la gracia. El viernes pasado las hice de una forma clásica y así lo cuento. 

Ingredientes (2 personas)

600 gramos de coles de Bruselas
1 trozo de panceta adobada
2 dientes de ajo
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Agua (la necesaria para cubrir de sobra las coles)

Elaboración

Se preparan las coles de Bruselas cortándoles la punta leñosa y quitándoles alguna de las hojas externas (sólo las que estén un poco feúchas), se lavan y se reservan.

En una cazuela se pone el agua a hervir y cuando llega a su punto de ebullición se añade la sal y las coles. Se mantiene hirviendo a fuego medio unos 10 minutos si se prefieren al dente y si gustan más blanditas se tienen unos 2 o 3 minutos más (para ver el punto uso el pincho de una brocheta). Se sacan, se escurren, se cortan en dos mitades y se reservan.

Se corta la panceta en tiras finitas y los dientes de ajo en láminas.

En una sartén se pone el aceite a calentar y cuando está caliente se echa la panceta a fuego vivo para que quede crujiente pero con cuidado de que no se queme. Cuando ya esté crujientita se baja el fuego y se añaden los ajos laminados, se mantiene un par de minutos y se incorporan las coles de Bruselas que teníamos reservadas. Se rehogan durante unos minutos para que se impregnen de los sabores de la panceta y de los ajos, se apaga el fuego y se sirve.

Coles de Bruselas rehogadas

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