Pisto con patatas

Cuando era pequeña, era habitual que mi madre nos hiciera pisto y, en ocasiones, con patata. Por el contrario, mis pistos nunca la han llevado... hasta ayer, porque tengo superávit de este tubérculo y hay que ir dándole salida. Esta receta ha sido un experimento y ha salido bastante satisfactorio. Quizás, por ponerle un pero, con una sola patata habría bastado (he utilizado dos).

Ingredientes

1 calabacín mediano

1 pimiento verde italiano

1 cebolleta 

Salsa de tomate o tomate frito casero

300 gramos de patatas

Sal

Aceite de oliva virgen extra

Elaboración

Se corta la cebolla en trocitos pequeños y se pone a pochar en una sartén con el fondo cubierto de aceite.

Se pela el calabacín, se corta en daditos y  se echa en la sartén con la cebolla. Se va sofriendo a fuego lento y, si es necesario, se cubre con una tapa para que no se evapore demasiado el agua que pueda soltar.

Se abre el pimiento, se le retiran las semillas, el rabo y los filamentos y se corta en trocitos cuadrados. En una sartén con abundante aceite, se pone a freír a fuego lento hasta que esté blando, momento en que se escurre del aceite y se añade a la sartén donde se está haciendo el calabacín. Se incorpora la salsa de tomate, poco a poco, y se va mezclando hasta que quede jugoso, pero sin que predomine el tomate. Se sigue cociendo a fuego lento.

Mientras tanto, se pelan las patatas, se cortan en cuadraditos similares a los del calabacín y se fríen a fuego fuerte en una sartén con aceite que las cubra. Cuando empiezan a dorarse (unos diez minutos) se sacan, se colocan en un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite y se añaden a la sartén donde se está haciendo el pisto. Se revuelve todo bien, se mantiene en el fuego unos minutos y se sirve.