Allá por el mes de septiembre mi parte contratante se fue de congreso a Gijón y, como yo no podía ir porque no había quien cuidara a mis gatos, le encargué que me trajera algunos productos asturianos, fundamentalmente lacón y quesos. Y, como es muy bien mandado, cumplió sobradamente mi petición, de modo que me encontré con un paquete de lacón, otro de panceta curada y varios quesos (Gamoneu, La Peral, Cabrales y otros dos de los que desconozco nombre u origen) Poco a poco hemos ido dando cuenta de los quesos y de algo de la panceta, pero el lacón seguía en un cajón del frigorífico esperando su turno, que no llegaba... hasta que el otro día compré 1 kilo de garbanzos, creyendo que no tenía. Sin embargo al llegar a casa e ir a guardarlos me encontré con otro kilo que estaba escondido detrás de las lentejas😮 Había que dar salida a tanto garbanzo y, al coincidir con la llegada de un tiempo de lo más desapacible, decidí preparar un potaje. En un principio, quise utilizar grelos, pero, al no encontrarlos, los sustituí por unas espinacas que había comprado el sábado en un mercado de La Rioja. Era un manojo enorme, pero tras la cocción se han quedado en muy poquita cosa 😔
Ingredientes (2 personas)
250 gramos de garbanzos (para 2 es suficiente con 180 gramos, pero quería que sobraran para otro día)
300 gramos de lacón curado desalado
1 chorizo asturiano
1 trozo de tocino fresco
1 hueso de caña con tuétano
1 manojo de espinacas
1 diente de ajo
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Elaboración
Los garbanzos se ponen desde la noche anterior en un recipiente con agua para que se ablanden. Cuando se vaya a hacer el potaje, se escurren y se meten en una bolsa de malla para que no se desparramen durante la cocción.
En una olla se echa el lacón, el tocino y el hueso de caña, se cubren con agua, se tapa y se pone a fuego alto hasta que alcance el punto de ebullición, momento en el que se baja el fuego y se sigue cociendo durante media hora. Luego se echa un poco de sal y se introduce la bolsa con los garbanzos y se mantiene la cocción a fuego moderado durante una hora y media. Se comprueba si los garbanzos y las carnes están tiernos. En este caso, como los garbanzos lo estaban, los saqué y las carnes siguieron cociendo otra media hora hasta que tuvieron el punto adecuado.
Se saca un par de cazos del caldo y se ponen en una cazuelita pequeña. Se pincha el chorizo por varios sitios y se pone a cocer en esta cazuelita. Unos 5 o 10 minutos bastan. Se saca y se reserva.
A las espinacas se les quita el tallo y se pican, se ponen en un colador y se lavan bien con agua fría. Si vinieran congeladas o envasadas nos ahorraríamos este paso.
Se pone una olla al fuego vivo con agua, cuando está hirviendo se añade la sal y las espinacas y se cuecen durante 5 minutos. A continuación, se pasan a un colador bajo el chorro de agua fría para que mantengan su color y se escurren bien, apretujándolas para que pierdan todo el líquido.
En una sartén con un poco de aceite en el fondo, se dora el ajo picadito, se añaden las espinacas bien escurridas y se rehogan unos minutos.
Ya se puede montar el plato con el lacón, el tocino, el chorizo, los garbanzos y las espinacas rehogadas.
El hueso de caña se lo queda la cocinera 😉
Buenos tardes. Ese potaje revive a un muerto con todos sus avíos, de buena gana me comería ese plato porque lo está pidiendo a gritos. También daría buena cuenta de los quesos, mi colesterol me impide consumirlos mucho, pero por probarlos... Que viva Gijón y sus hermosos productos!
ResponderEliminarUn beso.
Buenas tardes, Lola: tengo que reconocer que estaba muy rico, aunque esta mañana me he pesado y no debería haberlo hecho 🤣 Los quesos están casi finiquitados, aunque el de la Peral, que es mi favorito, todavía no lo hemos abierto 😉 Y es que, desde que era niña, siempre me dejo para el final lo que más me gusta 😉
EliminarEn Gijón y en toda Asturias se come fenomenal y tiene productos de primera.
Besos.