En mi actual vida de residente en La Rioja, poco a poco, voy buscando y seleccionando tiendas y/o puestos de las cosas del comer que se ajusten a mis gustos y a mis criterios de calidad. En lo tocante a verduras y hortalizas no hay ningún problema, entre lo que me regalan y lo que compro en las huertas o puestos de proximidad, estoy más que surtida, pero en lo que respecta a la carne y al pescado ya es harina de otro costal, por no hablar de los ingredientes exóticos necesarios para mis recetas del extremo Oriente a las que somos tan aficionados en casa (esto último es batalla perdida 😞)
Con relación a las carnicerías la cuestión no es de calidad, las hay y muy buenas, sino que no encuentro ciertos tipos de carne habituales en mi cocina, así que me he puesto en modo exploración de las carnicerías de la zona y como, hace poco, me recomendaron una que no conocía, allá que me fui. No encontré lo que buscaba, pero no hay mal que por bien no venga, ahí delante de mis ojos había una bandeja llena de sesos de cordero que no me pueden gustar más, aunque los hago de Pascuas a Ramos por aquello de su elevado contenido en colesterol, pero un día es un día y, de lo más comedida, pedí un par de ellos, la señora de al lado se animó y pidió 3, pero no iba a convertir la compra en una competición 😂, me conformé con mis dos sesitos y unas cuantas cosas más para hacer diferentes platos.
Hay mucha gente que tiene aversión por todo lo que sea casquería, otros la toleran en parte y otros que la adoramos y que caemos rendidos a sus pies (y si son de cerdo o cordero mucho mejor 😂) y con esta receta quiero reivindicar al patito feo de los productos cárnicos esperando que, como en el cuento de Andersen, acabe convirtiéndose en cisne 😀
Como guarnición hice pimientos verdes fritos porque tengo stock para dar y tomar y no hay día sin pimientos 😂
Ingredientes (2 personas)
2 sesos de cordero
Sal
Harina
1 o 2 huevos
1 hoja de laurel
1 chorro de vinagre
Aceite de oliva virgen extra
Para la guarnición
6 pimientos verde del tipo italiano
Sal en escamas
Aceite de oliva virgen extra
Elaboración
Se limpian los sesos en agua fría con cuidado de no romperlos. En una cazuela se pone agua a hervir con un poco de sal, un chorro de vinagre y una hoja de laurel. Cuando llega al punto de ebullición, se colocan los sesos y se cuecen durante 3 o 4 minutos, se sacan y se dejan enfriar.
Mientras tanto se pone aceite en el fondo de una sartén y se fríen los pimientos a fuego lento, dándoles la vuelta de vez en cuando para que se hagan por todos los lados hasta que estén blanditos, momento en el que se apaga el fuego, se sacan los pimientos, se les echa un poco de sal en escamas y se reservan.
En un plato hondo se cascan y se baten los huevos y se prepara un plato llano con dos cucharadas colmadas de harina.
En una sartén pequeña y honda se pone abundante aceite a calentar. Para freír los sesos, el aceite debe estar bien caliente, pero sin que llegue a humear.
Los sesos ya se habrán templado y se cortan en dados, se salan un poco y se pasan primero por la harina, luego por el huevo batido y se van friendo en tandas de 4, dándoles la vuelta para que se doren por todos los lados. Cuando están dorados se van sacando a un plato con papel de cocina para que absorba el aceite sobrante.
Se sirven en platos individuales acompañados de la guarnición de pimientos.
Buenas tardes, Gloria.
ResponderEliminarPues yo soy de las que les gusta probarlo todo, y aunque este tipo de productos, no los compro nunca, alguna vez los he comido. Mí madre no era asidua a cocinarlos, pero de vez en cuando los hacía para mi hermana pequeña, que era muy poquita cosa, y había que alimentarla bien, jajaja…, yo sin embargo era la “grande” y mi madre se cuidaba de alimentarme también bien, pero sin excesos para no caer en el sobrepeso, cosa que agradezco, porque nos enseñó a comer de todo, con mesura, y a no decir que no a nada, porque bien cocinado, siempre merece la pena.
Recuerdo cuando cocinaba sesos, siempre en guisos, para triturarlos y dárselos a mi hermana, y si no veía lo que era, se lo comía sin rechistar, porque rico estaba pa'reventar, jajajaja…, a mi es que me gusta todo; y las criadillas, las hacía rebozadas en huevo, y a mí me gustaban también, así que no me importaba que tuviera "huevos” la cosa, jajaja…
Besos.
Hola, Concha: las criadillas me privan. Mi madre también las hacía rebozadas y así es como yo las cocinaba, pero de eso ya hace bastantes años por la sencilla razón de que no las encuentro. Mi madre preparaba sesos, casi siempre hervidos, de tarde en tarde, y solía ser para cenar. De ahí me viene la afición.
EliminarEn general, de pequeña, me gustaba casi toda la casquería, salvo las manitas de cordero que en casa gustaban mucho y yo no las podía ni ver, sin embargo, ahora me encantan 😀
No es conveniente abusar de la casquería (como de casi todo), pero alguna vez una puede darse el capricho 😀
Besos y buenas noches.
Así rebozados tienen muy buena pinta, de pequeña los comía, pero les cogí manía por su textura y ni los pruebo, pero es igual, ya me como doble ración de los pimientos que estos si me gustan.
ResponderEliminarBesos.
Hola, Ana: es gracioso lo diferentes que somos las personas. A mí, precisamente, lo que más me gusta de los sesos es su textura 😀
EliminarPor pimientos no será. Como si no tuviera pocos, esta tarde me han traído otras dos bolsas 😂
Tengo empezar a pensar que hago con tantos 😂
Besos y buenas noches.
Yo me como los pimientos!!....de chica me daban y ya no los puedo comer.....pero se ven que tienen una pinta buenisima!!....que bien estes viviendo en La Rioja!!....imagino tienes buen vino!!.........Abrazotes, Marcela
ResponderEliminarHola, Marcela: Como ya le he dicho a Ana, tengo pimientos para dar y tomar, así que come todos los que quieras 😂
EliminarY sí, en La Rioja hay vinos excelentes. Hoy, sin ir más lejos hemos abierto un vino de Briñas que estaba muy rico 😀
Besos 😘😘😘
Ummm pero Q ricosl
ResponderEliminarGracias, sí que lo estaban.😘
Eliminar